Ante los "complejos" laicos, nada mejor que conocer las repercusiones que para la libertad del individuo y la sociedad ha tenido la liberación de toda tutela religiosa en la historia de los Estados europeos:
“La jerarquía romana está empeñada en hacer creer que, sin las raíces cristianas, Europa sería un continente peor. (...) No es verdad. La Europa libre y tolerante se ha construido pese al pontificado romano, intolerante durante siglos, enemigo de Gobiernos democráticos y plácido entre dictadores. Lo sabía el papa Juan XXIII cuando, poco antes de morir, proclamó ante los obispos de todo el mundo: "Hay que admitir que la libertad religiosa debe su origen no a las iglesias, no a los teólogos, y ni siquiera al derecho natural cristiano, sino al Estado moderno, a los juristas y al derecho racional mundano, en una palabra, al mundo laico" (discurso de 23 de mayo 1963. Concilio Vaticano II).”
Más en “Persistencia de pestilentes errores”, de Juan G. Bedoya, en El País.
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