Hoy, 12 de octubre, es Fiesta Nacional en España (también en
muchos países hispanoamericanos), día en que se celebra la proyección
lingüística y cultural que España ha legado al mundo, a partir del
Descubrimiento de América. Tal fecha del año 1492, Cristóbal Colón desembarcó
en la isla de Guanahaní, bautizada con el nombre de San Salvador, primer
territorio del Nuevo Continente que fue hollado por europeos, dando inicio a un
intercambio civilizatorio, no exento de barbaridades, entre los pueblos
indígenas americanos y los colonizadores españoles, que acabó forjando lo que en
la actualidad se denomina como “Mundo Hispánico”, ámbito de pueblos, naciones y
países que se reconocen herederos de un idioma, una cultura y hasta del mestizaje
racial que España propició y fomentó. Del mismo modo que España es resultado de
la asimilación de culturas musulmanas, judías y cristianas que germinaron en el
terreno que íberos, celtíberos, romanos y visigodos habían abonado, el mundo
hispánico es el extraordinario fruto del encuentro e integración que se produjo
entre los colonizadores españoles y los nativos americanos, amerindios y
mestizos, que dio lugar a una nueva realidad caracterizada, fundamentalmente, por
un idioma común.
Por tal motivo, desde 2014, esta fecha también conmemora el
Día de la lengua española, según estableció la Organización de las Naciones
Unidas, como elemento fundamental para la unión y la consolidación del mundo de
habla española. Y ese es, precisamente, el aspecto más significativo que para
mí, tan ajeno como soy a banderías y patriotismos de casino, tiene esta fecha
simbólica: el idioma español. Tanto es así que nos reconocemos hispanos porque
hablamos, a ambos lados del Atlántico, la misma lengua que trajeron los
españoles, hablada incluso por quienes consideran que la colonización de
América fue un hecho de nefastas consecuencias para aquellas antiguas colonias.
En un mundo donde se hablan casi 7.000 lenguas, que el
idioma español sirva para que más de 450 millones de personas puedan
comunicarse entre sí, intercambiar sus ideas y pareceres, exponer sus
sentimientos y miedos y manifestar sus ilusiones y esperanzas, es un hecho del
que podemos sentirnos orgullosos. De hecho, el español es el idioma más hablado
entre las lenguas romances y la tercera lengua más hablada del mundo, después
del inglés y el mandarín, siendo idioma oficial en 21 países. La riqueza del
español y su capacidad para ser comprensible por todos sus hablantes, a pesar
de las variantes de pronunciación y de uso que caracterizan las diferencias
regionales, posibilita su continuo crecimiento (se estima que EE UU, en el 2050,
tendrá un 30 % de población hispanohablante) y su gran vitalidad cultural. Y es
que, como afirma el catedrático Hernán Urrutia Cárdenas, el idioma español es el elemento comunicativo que vincula e identifica
a toda la comunidad hispana, no sólo por ser soporte de un legado cultural,
sino también por posibilitar una manera de ser y, desde ella, de una visión -podríamos
llamarla hispánica- del mundo. Una lengua común no sólo como factor político de
integración, sino como instrumento de la cultura y el pensamiento.
Es por ello que, si algo tenemos que celebrar este día, es
la inmensa suerte de poder comunicarnos en un idioma que nos define como
hispanos y nos permite acceder y compartir una experiencia común y una historia
compartida como valores significativos de la civilización occidental. Hoy es el
día del hispano. ¡Feliz día, hablantes del español!
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