Visitar este parque es descubrir en cada ocasión rincones nuevos o remozados, perspectivas inéditas e imágenes sorprendentes que antes habían pasado desapercibidos. Y en estos momentos, en que se suceden días de sol y lluvia, el parque luce sus mejores galas en paseos, jardines y parterres, en los que la sombra de árboles enormes que bordean los caminos, matorrales que densifican el paisaje y plantas que cubren el suelo con una alfombra verde y fresca, hacen que el Parque de María Luisa rebose de una vitalidad y un esplendor que cautivan los sentidos. Volver a recorrerlo es recordar tiempos felices de la niñez o la juventud que, ahora, cuando nuestros ojos emocionados constatan la magnitud de aquel vergel, apreciamos como auténtico privilegio poder disfrutar siempre del Parque de María Luisa, el parque de Sevilla.
Foto: Elena Guerrero |
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