Cohete Falcon Heavy |
Starman "circulando" por el espacio. |
El ensayo exitoso del Falcon
Heavy tiene, no obstante, una finalidad más propagandística que comercial
(sí es que ello puede desligarse), subrayada por el hecho de llevar en sus
bodegas y dejar flotando en el espacio un modelo del descapotable Tesla
Roadster, de la firma de Musk, con un maniquí enfundado en traje espacial,
bautizado como Starman, que deja
boquiabiertos a cuantos terrícolas y potenciales extraterrestres puedan
contemplarlo. Y es que, de esta forma tan espectacular, la agencia privada
Space X ha querido demostrar su intención y capacidad para hacer realidad el
proyecto del BFR, cosa que hasta hace dos días se ponía en entredicho.
Impulsores laterales aterrizando |
Además, este lanzamiento ha certificado la viabilidad de
recuperar y reutilizar los impulsores que se utilizan durante la primera etapa
del cohete. Tras el despegue, los dos impulsores laterales del Falcon Heavy se separaron y regresaron a
la base de lanzamiento, aterrizando suavemente en dos plataformas al efecto de
Cabo Cañaveral. Todo un alarde de tecnología y de credibilidad, a pesar de que
el impulsor central, que también debía regresar y aterrizar sobre una barcaza,
no logró encender dos de sus tres motores y se estrelló en el mar. Estos tres
impulsores de la primera etapa del cohete contenían, en su conjunto, nada menos
que 27 motores, que se encendieron sincronizadamente y ofrecieron un
impresionante empuje al vehículo, convirtiéndolo en el más potente del mundo,
actualmente, por su capacidad de carga.
Por todo ello, no cabe duda de que el negocio astronáutico
cuenta con un nuevo “camión” privado para transportar cualquier carga al
espacio y entablar, así una dura competencia con las agencias nacionales. Ahí
estará Starman, orbitando alrededor
del mundo durante años, para recordárnoslo de manera atrevida, pero simpática.
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