El problema de Jeroen
Dijsselbloem (Eindhoven, 1966) no es que parezca nazi, sino que
parece que piensa como tal, al considerar que hay países europeos que malgastan
el dinero en “alcohol y mujeres” (sic), por lo que no se merecen la “ayuda” que
reciben de los países ricos de la Unión.
Establece desde su sillón de eurobanquero diferencias entre
el Norte y el Sur de Europa, mostrando su verdadera mentalidad cuando se le
escapan ese tipo de afirmaciones ofensivas y gratuitas contra Estados sureños que
no gozan de su complacencia. Para él, como con los repudiables nazis, existen
naciones puras y naciones zánganas a las que hay que “limpiar” de gastos para
que ajusten sus cuentas al gusto de los acreedores del Norte, sin valorar las
consecuencias en la población de una austeridad contable e inmisericorde. Es lo
malo de los tecnócratas, que piensan que la sociedad se debe poner al servicio
de la economía y no al revés. Así, las pensiones, los salarios, la sanidad, la
educación, las prestaciones por desempleo y las ayudas a la dependencia han de
amoldarse a las exigencias de los ricos prestamistas del Norte con pinta de
nazis. Pero, si sólo fuera la pinta…
sábado, 25 de marzo de 2017
Pinta de nazi
Este personaje tan estirado, de apellido impronunciable, lo vistes con el uniforme de las schutzstaffel, y se confunde con aquella imagen repudiable
del nazi. Sin embargo, no es alemán sino holandés, tampoco militar sino político
de alto rango en la Unión Europea ,
presidente del Eurogrupo y cabeza visible de las políticas de finanzas que
impone Bruselas a los Estados miembros. Fue el interlocutor severo a la hora de
establecer las condiciones para acordar el rescate que todavía tiene a Grecia
condenada a seguir empobreciéndose cada vez más. Y para recordar a todos los estados
deudores europeos la obligación que tienen, no sólo de devolver lo prestado,
sino de gastar en lo imprescindible, como en Defensa, tal y como pide ahora el
del flequillo yanqui para que aumentemos la partida militar. Sin embargo, no es
el que toma las decisiones, pero sí el encargado de comunicarlas y de supervisar
su cumplimiento.
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