Imagen coloreada de surcos de agua en Marte. |
Ya se sabía, gracias a las imágenes de hielo sobre los casquetes polares, que aquel lugar rojizo podría albergar agua en estado sólido y que, de un pasado remoto, podrían encontrarse reminiscencias de agua líquida en lugares donde llegaría acumularse dando lugar a lagos y ríos hoy desaparecidos. Todas las misiones allí enviadas han estado buscando esos rastros de agua en un planeta más o menos próximo y el más semejante al nuestro. Han sido varias las ocasiones en que los científicos han anunciado el descubrimiento de visos de agua en Marte, bien porque han confirmado la existencia de elementos geológicos cuya formación requiere de agua, o bien porque en su atmósfera, ahora poco densa, existen las moléculas para formarla en estado gaseoso. Pero de ahí a encontrarla en estado líquido sobre su superficie dista un abismo.
Casquete con hielo en el polo norte marciano. |
Y eso es, precisamente, lo que acaba de comunicar la NASA en su último anuncio. Al
parecer, imágenes obtenidas con espectómetros, que trabajan en 544 canales
distintos del visible al infrarrojo, han descubierto, observando la superficie del
planeta desde órbita, que los surcos que se forman en la pendiente de
algunos cráteres han sido formados por agua líquida con alta concentración de
sales. Y que es justamente esa riqueza en sales lo que permite que el agua no
se congele tan rápidamente y pueda fluir en algunos momentos sobre la
superficie del planeta, aunque nunca de manera permanente. El origen de ese
agua es todavía un misterio, pues no parece probable que proceda del hielo
subterráneo o de acuíferos ubicados en las cimas de montañas y cráteres.
Tampoco que sea suministrada por una atmósfera que es sumamente tenue. Lo que
parece evidente es que en Marte se da un ciclo del agua que provoca esas marcas y
que instrumentos más precisos y complejos confirman que son causados por la
presencia de agua líquida.
Es decir, el planeta rojo sigue despertando la fascinación de
los terrícolas por cuanto cada descubrimiento genera nuevos misterios aún más fascinantes.
Poco a poco se van confirmando las sospechas de un pasado en el que albergó
condiciones compatibles con la vida, tal como la conocemos, y que parece probable
que aún reúna posibilidades para su investigación y exploración “in situ”.
Entre otros motivos, porque hay agua en Marte.
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