Hoy es un día señalado para los cristianos, pero para mí es un viernes tan especial como cualquier otro del año, revestido de la liturgia del fin de semana. Aquellos conmemoran los sufrimientos de una Madre; yo, las alegrías de todos los hijos, que ya tienen hijos y nietos, y que al fin descansan de una dura semana de trabajo. Los creyentes evocan los dolores de quien creen virgen; yo, olvidar las estrecheces de los que sufren por culpa de las desigualdades y las injusticias. Unos se aprestan a vivir una semana de Pasión; yo, aprovechar unos días de relajación y asueto. Si para muchos es el final de la Cuaresma con sus
restricciones de carne, para otros es la continuidad de las dificultades y
las penurias. Hoy es viernes de Concilio para los católicos; para mí, un viernes de tranquilidad y
ocio. Yo no celebro dolores ni sufrimientos ni pasiones, sino las ocasiones
para la expansión del espíritu y el regocijo con la familia y los amigos. Por eso,
más que de dolores, debería ser de gozo. Pero respeto que todos lo disfruten
como les plazca. Al fin y al cabo, es eso: viernes. Razón de más para evadirse con Miles Davis.
1 comentario:
Un viernes muy especial para mí también... Ultimo viernes de Marzo, un viernes menos que hace mas cercano mi regreso, para poder volver a celebrar los viernes como me gusta, con mi familia.
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