lunes, 11 de junio de 2012
Zaragoza
He tenido la oportunidad de visitar durante unos días
esta espléndida ciudad aragonesa, capital de la Comunidad , a la que el
Ebro seduce para que exhiba en sus aguas el reflejo de las torres de su Basílica
del Pilar y de la Seo
del Salvador. Y, la verdad, debo reconocer que las proporciones de la ciudad,
su clima, el ambiente y la amabilidad de los maños me han impresionado
gratamente. Fui convocado por asuntos profesionales, pero tuve la fortuna de
coincidir con la Feria
del Libro, donde conocí al poeta Miguel Ángel Yusta, que firmaba ejemplares de
su “Cancionero de coplas aragonesas”, y una exposición sobre Durero, Rembrandt y
Goya, en el Museo Camón Aznar, que enriquecieron sobremanera los habituales atributos
culturales y monumentales que ofrece Zaragoza. Y aunque algunas zonas estaban
en obras para extender el recorrido del tranvía, desde cuyos ventanales se
puede apreciar la vida que asoma al escaparate de la
Gran Vía y la Avenida de la Independencia , la
estancia en la antigua urbe de caesaraugusta
fue, en cualquier caso, una experiencia inolvidable que no tengo empacho en
recomendar. Sirvan estas imágenes de una belleza que rebasa lo captado por la cámara.
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