miércoles, 21 de octubre de 2009

La salud, una mercancía

Ha sucedido en España, donde si hay algo que exportar es el modelo sanitario, y así lo cuenta la prensa: "Sanitas saca a un paciente del quirófano porque debía un recibo". Si todavía no conocíamos la diferencia entre una sociedad liberal y otra del estado de bienestar, he aquí un botón de muestra. Me parece muy bien la coexistencia de seguros privados y servicios públicos, siempre y cuando no se caiga en la tentación de ahorrar partidas presupuestarias de los servicios esenciales para la población, como la asistencia sanitaria. Es una política que algunos gobiernos conservadores, incluso en comunidades autónomas de nuestro país, aplican para profundizar en una economía liberal de mercado, donde los servicios están a disposición de quien se los pueda costear, evitando así que sean un gasto social más del Estado. Precisamente ahora, cuando se tramitan los presupuestos en las Cortes, se oyen voces que reclaman un adelgazamiento del "gasto" para contener el déficit en las cuentas del Estado, sin precisar, eso sí, qué partidas del gasto aconsejan suprimir. Y es en el destino del dinero de todos donde definimos el tipo de sociedad que deseamos construir, redistribuyendo la riqueza, posibilitando una mayor igualdad de oportunidades y atendiendo a quienes más lo necesitan. Para unos esto representa un despilfarro, para otros es, simplemente, un deber de equidad. A nadie le gusta pagar impuestos (de ahí la cantinela de la derecha por bajarlos), pero a todos nos gustaría tener garantizados los servicios más esenciales. Si por un recibo te sacan de quirófano, yo prefiero los impuestos. Al menos evito que negocien con mi salud.

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