viernes, 16 de octubre de 2009

Dios no es bueno

Es difícil sustraerse, por no decir imposible, del entorno social y cultural en el que has crecido y te has formado. Son circunstancias que, como decía Ortega y Gasset, forman parte de ti y condicionan en gran medida tu persona. Son unos conceptos, unos valores o unas "gafas" con las que ves un mundo ya interpretado. Y salirse de esos cánones es situarse prácticamente en la marginación, alinearse con los "raritos". Máxime si pones en tela de juicio a la religión. Ahí has topado con la iglesia.

Yo admiro a esa clase de gente. Aprecio su valor para apartarse de la doctrina y desconfiar de lo establecido. Por eso me permito hoy recomendar este libro: "dios no es bueno"*, así, con minúsculas, para rebajar a común lo que no es más que una creación del ser humano, una entelequia. Este alegato contra la religión viene a confirmar aquellos razonamientos que, con un cerebro todavía no contaminado, le surgen a cualquier niño cuando se enfrenta con los rituales, monsergas y prohibiciones varias de la experiencia religiosa. Su persistencia denota nuestro temor a la muerte, a las tinieblas, a lo desconocido y... a los demás. También a la razón. La religión encuentra abono donde el raciocinio es sustituido por la superstición y las ilusiones. Si no fuera por su intolerancia, capaz de destruir todo lo que se le ponga por delante (vidas, obras de arte, conocimientos, etc.), sería una manifestación interesante, con ramificaciones artísticas, de una psicopatología humana. Pero no es capaz: intenta empozoñarlo todo, adoctrinándote desde el baustismo. ¿Cómo escapar?

*dios no es bueno, alegato contra la religión, Christopher Hitchens, editorial Debate. Barcelona, 2008.
Otros libros: ¿Por qué no soy cristiano?, Bertrand Russell, Edhasa; ¿Qué es ser agnóstico?, Enrique Tierno Galván, Tecnos; ¿En qué creen los que no creen?, Umberto Eco y Carlo María Martini, Ed. Temas de Hoy.

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