Antigua librería Pascual Lázaro |
Antes de que aparecieran las modernas franquicias y las
grandes cadenas de librerías, ya existían afamadas tiendas de libros en Sevilla,
en las que el lector empedernido podía entregarse a curiosear cubiertas y
adquirir la obra que estuviese buscando. Eran antiguas librerías, ya desaparecidas,
que satisfacían las inquietudes culturales de la época, burlando, algunas de
ellas, la censura de la dictadura con la venta clandestina a seleccionados
clientes de obras prohibidas o de autores en el exilio que abordaban una
temática comprometida, como la Guerra Civil ,
la República ,
la Democracia ,
la Libertad ,
pero también una determinada poesía, sociología, historia y, cómo no, literatura
que publicaban editoriales extranjeras como Losada, Sudamericana, Fondo de
Cultura Económica, Ruedo Ibérico, etc. Eran modestas librerías, establecidas
como negocios familiares, que en muchos casos simultaneaban la venta de libros
con la papelería y la imprenta para ser rentables. Destacan los casos de Pascual Lázaro y Eulogio de las Heras, en calle Sierpes, Sanz en calle Granada, Antonio
Machado, en la Cuesta
del Rosario, Renacimiento en Mateos
Gago, Olian, en Álvarez Quintero, además
de Pretil, Al-Andalus, Interbook, La Araña
y un largo etcétera al que últimamente se ha añadido Céfiro. De todas ellas queda
el recuerdo nostálgico en muchos sevillanos que adquirieron sus primeros libros
en estos establecimientos, hoy desaparecidos, arrasados por la evolución
comercial, política, económica, social y cultural de la ciudad y el país, en su
conjunto.
Librería Beta de calle Sierpes |
Su lugar lo ocuparon otras librerías y nuevas franquicias
que modernizaron y extendieron el negocio por toda la ciudad. Librerías de
barrio y librerías en centros comerciales, empeñadas en que los lectores tuvieran
a su disposición los títulos que demandaban, ofreciendo un trato exquisito y un
personal formado capaz de aconsejar al cliente. Tiendas que fueron especializándose
en áreas del conocimiento y ampliando sus actividades con talleres de
escritura, clubes de lecturas, cuentacuentos, etc. El ejemplo más paradigmático,
por autóctono, lo constituye la librería Beta,
Galería Sevillana del Libro, que se
extendió rápidamente por la ciudad, convirtiéndose en un referente para la
búsqueda y adquisición de cualquier título que no pudiera hallarse con
facilidad. Fue fundada en 1978 y llegó a tener once librerías en distintas
poblaciones de Andalucía, siete de ellas en Sevilla, incluida la que se ubicaba
en el antiguo Cine Imperial, en calle Sierpes, tras iniciar su singladura
comercial en un pequeño local de la calle Asunción, en el barrio sevillano de
Los Remedios. Actualmente se encuentra en un proceso de extinción de su
actividad mercantil.
Precisamente, dos de los establecimientos de Beta han sido
adquiridos por otra cadena de librerías, La Casa del Libro, empresa fundada en Madrid
en 1923 e integrada en el Grupo Planeta en 1992. Se trata de una librería
generalista, moderna, que dispone de libros especializados y un formidable
catálogo que le permite satisfacer cualquier demanda de los clientes. La única
tienda que tenía en Sevilla, antes de adquirir los establecimientos de Beta, se
halla en la calle Velázquez, donde cuenta con un edificio de varias plantas en
las que se distribuyen los libros por temáticas. Está en un proceso de
expansión por toda España, con más de 39 establecimientos abiertos al público,
además de un página on line para
ventas por Internet.
FNAC Sevilla |
Otro sistema que ha sustituido a las viejas librerías es el
de la venta de libros en grandes superficies, sistema del que ha sido pionero El Corte Inglés, la mayor tienda por
departamentos de España y que cuenta con librerías en todos sus centros
comerciales. Era la única gran superficie existente en Sevilla hasta que
apareció FNAC, una filial de una
empresa francesa especializada en la venta de artículos electrónicos,
fotográficos, música, vídeo y, naturalmente, libros. Inauguró en 2007 su tienda
en la avenida de la
Constitución de Sevilla y, desde entonces, compite
abiertamente por el mercado del libro entre su variada oferta comercial.
En este mercado competitivo del libro conviven en la
actualidad librerías-papelerías, librerías-cafeterías, librerías digitales y de
autoedición, librerías del libro antiguo y de ocasión y librerías
especializadas que luchan por fomentar el hábito de la lectura e incentivar el
consumo del libro como vehículo todavía útil para el conocimiento y el ocio.
Abundan, afortunadamente, notables ejemplos de este afán casi vocacional por
vender libros en Sevilla, contra viento y marea, materializados en las marcas La Extra Vagante , en la Alameda , Rayuela, en la calle José Luis Luque, Un gato en bicicleta, en calle Regina, El gusanito lector, en calle Feria, La casa tomada, en Muro de los
Navarros, Anticuaria Los Terceros,
en la plaza del mismo nombre, Palas,
en Asunción, Repiso, en Cerrajería, San Pablo, librería religiosa en calle
Sierpes, Vértice, en San Fernando, y
tantas otras.
Entre todas conforman un recorrido ilustrado por la Sevilla libresca que
merece la pena conocer, agradecer y conservar mediante la adquisición de ese
bien tan modesto pero trascendental como es el libro, fruto privilegiado de la
imprenta y de la voluntad por saber del ser humano. Quede este artículo como
homenaje a quienes, tras el mostrador de todas ellas, alimentan el amor por los
libros.
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