Al parecer, las cafeterías del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla no salen de la “mala racha” y continúan a merced de una dinámica que sólo persigue, no prestar un servicio, sino explotar un negocio con el que obtener el máximo beneficio al menor costo. Los empleados de las cafeterías y los trabajadores y usuarios del hospital son rehenes de esta situación. Han de tragar con lo que les echen, si quieren –los primeros- conservar un trabajo, en cada vez peores condiciones, y disponer –los segundos- de un sitio donde tomar un café, si es que a “eso” se le puede llamar café.
Los tiempos, no se sabe si por la crisis o las ambiciones de
unos (Gerencia) y otros (Empresa), no están para prestar un servicio digno de
hostelería a los trabajadores sanitarios ni a los transeúntes y usuarios del
hospital más importante de Andalucía por el número de camas. Tras los
“problemas” surgidos con la anterior empresa concesionaria, Marhan Catering del
grupo Márquez Han, que terminó aplicando un ERTE a los trabajadores, suprimió
determinados complementos retributivos a la plantilla, adeudaba nóminas y
pagaba con atraso los salarios, la
Gerencia del hospital ha presentado nuevo concurso, que ha
sido ganado por otra empresa especializada en estos menesteres: Serunión, conocida firma española del
sector, filial del grupo Elior (el tercer grupo europeo en restauración
colectiva), dedicada a prestar servicios de catering a empresas y colectivos
sociales. Tiene su sede en Barcelona y consta de varias divisiones:
restaurantes, salud, mayores, vending, etc. No es, por tanto, ni una intrusa ni
una “novata” en trabajar para cafeterías y comedores de empresas, hospitales,
colegios, residencias, centros sociales, etc. Pero los cambios en las cafeterías
del hospital sevillano no se han hecho esperar.
Cambios que no sólo afectan al uniforme de los camareros o
los nuevos paneles que anuncian lo obvio a la entrada de las cafeterías, sino a
la calidad. Sin llevar apenas un mes explotando el negocio, ya empieza a
detectarse la búsqueda del ahorro en los nuevos responsables de las cafeterías,
al sustituir productos por otros de marcas más económicas, sin importar las
preferencias de los clientes. Es lo que ha pasado con el café, que ha sido
sustituido por el de otra marca desconocida que en absoluto satisface a los
degustadores de esta bebida, a pesar de ser, con seguridad, el producto más
solicitado y rentable de cuantos se consumen en estas cafeterías. Los
trabajadores del Hospital ya piensan recoger firmas para expresar su rechazo
por este cambio en el café al que estaban acostumbrados desde hace décadas. Y
no es cuestión de marcas, sino de sabores y calidad.
Pero si esta anécdota, que probablemente no genera la más
mínima preocupación a los directivos de Serunión,
sí al menos debiera alertarlos de las exigencias y las críticas que comienzan a
producirse por una forma de “trabajar” que antepone el beneficio frente a la
calidad y la satisfacción de sus clientes. Debería obligarlos atender las
demandas de un público que no va a consentir que, con menoscabo de la calidad y
la seguridad sanitaria en aras de la rentabilidad, se reproduzcan en las
cafeterías del Virgen del Rocío las mismas “incidencias” que esta empresa
cometió en otros sitios y que son de dominio público.
Porque ya fue noticia en los periódicos que aquí, en
Andalucía, Serunión mantuvo una larga
lista de problemas cuando se enfrentó a la suspensión del servicio de comidas que
ofrecía en 11 colegios de Granada y a la intoxicación de un centenar de niños
en otros de Sevilla, en el año 2007. También que tuvo que retirar las legumbres
del menú que servía en dos colegios de Málaga. Y que hasta en media docena de
centros educativos, cinco de ellos en la provincia de León, se hubieran
detectado larvas de gusanos en las comidas. Este último escándalo ha suscitado
que la ONG Ecologistas en Acción se haya dirigido al Servicio
Territorial de Sanidad y Bienestar Social de Castilla y León para que rinda
cuentas y haga públicos los controles realizados en los comedores escolares, al
tiempo que exigía al director provincial de Educación “la rescisión del
contrato con la empresa de catering Serunión
por la baja calidad de las materias primas y la falta de garantías sanitarias
de sus menús”.
De ahí que lo del café no sea sólo anécdota y se haya
convertido en síntoma preocupante de que las cafeterías del Virgen del Rocío
van a peor. Los trabajadores del Hospital no piensan tolerar esta tendencia hacia
la peligrosidad alimenticia y la pérdida de calidad que practica, por los
antecedentes expuestos, la actual concesionaria que explota las cafeterías. Ni
los clientes, por otra parte cautivos, de las mismas (trabajadores del hospital
y usuarios) merecen ser atendidos con semejante irresponsabilidad ni los empleados
de las cafeterías deberían verse obligados a contrarrestar con su
profesionalidad y amabilidad las miserias de una empresa que antepone su cuenta
de resultados a la calidad del servicio que presta y a la confianza y
satisfacción que debiera generar entre sus clientes.
Es por todo ello que muchos se preguntan qué irrechazable oferta
habrá presentado Serunión a la Gerencia del Hospital
para conseguir la concesión de las cafeterías, cuando no se han tenido en
cuenta los nefastos antecedentes que arrastraba la empresa. Todo un misterio que hace temer que las cafeterías
del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla irán a peor. Pero, ¡ojalá estemos equivocados!
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