Noviembre
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Ribera del Huéznar |
Transitamos un mes denostado por quienes lo consideran
triste y gris, como si una pena infinita les embargara con sólo leer su
nombre en los calendarios. Nace justo para recordar a los ausentes, a los abandonados
en los camposantos de la desmemoria, y sus días desembocan sin dilación en
los rigores del invierno, acostumbrándonos al abrigo y los impermeables con que nos
protegemos de nuestras propias impertinencias y petulancias. Sin embargo,
noviembre esconde el encanto marchito de la intimidad y los
rincones umbríos donde apreciamos el silencio que hace estremecer el aire y las
hojas. Así se descubre la alegre tristeza de noviembre, este mes denostado por
quienes no saben estar en diálogo consigo mismos ni son capaces de admirar la
existencia desnuda y natural, sin los abalorios artificiales que la ahogan.
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