Que estamos inmersos en una crisis que ha supuesto billones de dólares en pérdidas y la destrucción de millones de puestos trabajo, nadie lo niega. En nuestro país, la vivimos en las carnes de cuatro millones de parados y en unos negocios que, si no cierran, languidecen a la espera de una recuperación que se está haciendo de rogar. Todos sufrimos sus consecuencias, pero pocos aciertan a comprender las causas que la provocaron. Buscar estas respuestas es lo que intenta el documental Inside Job, de Charles Ferguson, que se estrenó en nuestro país el pasado mes de abril en unos pocos cines puesto que, acostumbrados como estamos a lo superficial, este tipo de proyecciones no puede competir en rentabilidad con los Torrentes y las Albóndigas que llenan las salas.
Sin embargo, la cinta de Ferguson es una muestra del mejor periodismo de investigación audiovisual que se ha realizado sobre la crisis financiera de 2008 y desvela el entramado de relaciones, ambiciones, avaricias y connivencias que unen a políticos, economistas, autoridades, académicos, inversores, agencias de calificación, bancos y empresas en busca de un beneficio exorbitado, sin importar las consecuencias.
Para empezar, se nos dice que la crisis, en declaraciones del director, era totalmente evitable, pero que una progresiva desregulación de las finanzas y una industria cada vez más delictiva han propiciado que se generara un fraude de billones de dólares. A pesar de la gravedad de todo ello, pocas personas han sido encarceladas, dándose la paradoja, encima, de tener que ayudar a unos bancos que participaron activamente del botín. Las consecuencias todos las sabemos: los perjudicados de tales “ingenierías financieras” son los que actualmente soportan el peso del saneamiento de unas finanzas que han endeudado a los Estados hasta niveles insoportables, obligándoseles a aplicar unas políticas de ahorro que perjudican aún más a los damnificados que han perdido el trabajo, casas y ahorros. “Ingenieros financieros” que, en vez de construir edificios, construían humo, como se afirma en la película.
Rastreando el accionariado de empresas y negocios, resaltando las relaciones entre accionistas, autoridades y políticos, y detallando los mecanismos que se han utilizado para permitir ese capitalismo corrupto, Inside Job va diseccionando las causas de una crisis que ha afectado a mayoría de las economías del mundo. También ofrece una sucesión de entrevistas con expertos de gran prestigio, como William Aceman, fundador y presidente de Pershing Square Capital Management, Daniel Alpert, director fundador de Westwood Capital, Jonathan Alpert, psicoterapeuta y columnista de Manhattan, John Campbell, de la Universidad de Harvard, entre otros. Sin embargo, lo mejor son las entrevistas interrumpidas o no aceptadas por quienes estuvieron en la génesis de la estafa.
Aunque no hubiera obtenido el Oscar al mejor documental en 2011, la película debería ser proyectada en horario de prime time por la televisión para que la opinión pública pueda tener acceso a una información que afecta directamente a sus… bolsillos.
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