Elías Bendodo |
Tras un año instalado en el Gobierno de Andalucía, el
Partido Popular (PP) ha encontrado tres cajas fuertes que supuestamente estaban
“ocultas” en la sede de la Agencia pública IDEA, dentro de las cuales fueron hallados
documentos en sobres lacados relativos a los ERE que podrían suponer nuevas
pruebas sobre aquel escándalo que afecta a los gobiernos anteriores del PSOE y
por el que han sido condenados dos expresidentes y otros exaltos cargos
socialistas. Al parecer, algunos de esos papeles, entre escrituras, copias y
otros documentos, figuran dos convenios suscritos en 1998 por la Junta de
Andalucía, “sin membrete y sin pasar por la Intervención”, pero firmados por el
entonces consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, y el vicepresidente de la
empresa Campofrío, cuya filial en Jaén, Campocarne, los utilizaría para crear 300 puestos
de trabajo, en los que consta que el Gobierno andaluz se comprometía a no
reclamar la devolución de unas ayudas que la UE consideró finalmente como
ilegales y competencia desleal.
La noticia, dada a conocer en rueda de prensa por el
consejero andaluz de Presidencia y portavoz del Gobierno, Elías Bendodo, resulta
sorprendente, no por inverosímil, sino por su sospechosa “oportunidad”, que
incluye el teatral tono de gravedad y alarma mostrado por el político
conservador. Se suma a otras denuncias similares que, desde que el PP desalojó
al PSOE del poder, han sido hecha públicas de una manera tan escalonada que parecen
responder más al deseo por mantener la sospecha permanente sobre gobiernos
anteriores que por dilucidar responsabilidades y subsanar errores. Todas ellas tienen
en común el desvelamiento de supuestas irregularidades, despilfarros y falta de
control cometidos durante la extensa época (33 años) de gobiernos socialistas
en Andalucía. Después de la sentencia de los ERE, las listas de espera en
Sanidad y las vacunas no utilizadas, ahora se añaden los papeles ocultos, que
han sido enviados a la Fiscalía.
"Cajas fuertes" ocultas. |
Y llama la atención, primero, porque el actual Gobierno
andaluz, formado por PP y Ciudadanos (Cs), ha tardado un año en tropezar con unos
archivadores no empotrados (al contrario que las cajas fuertes), tan grandes
como armarios y dotados de cerradura en sus puertas, y leer la documentación
que se guardaba en su interior. Todo un alarde de diligencia escrutadora en un
ente al que el PP tenía, desde sus tiempos de oposición, como objeto de sus
pesquisas sobre la corrupción y el clientelismo de los gobernantes socialistas.
Precisamente, la macrocausa sobre el llamado caso Avales, impulsada por
ellos y que implicaba a directivos de la agencia, fue archivada por la jueza
instructora el mismo día en que el Consejo de Gobierno conservador procedía a “descabezar”
toda la cúpula directiva de IDEA, Agencia de Innovación y Desarrollo de
Andalucía, un instrumento para dinamizar la economía regional mediante ayudas,
préstamos y avales a pequeñas y medianas empresas, y la captación de inversiones
en el extranjero. Tras ese carpetazo del caso y el nombramiento de nuevos directivos,
aparecen de pronto, ahora, desconocidos archivadores y “papeles” que vuelven a
comprometer a pasados gobiernos socialistas.
Es asimismo llamativo, en segundo lugar, que documentos de
hace veinte años, que encubren fondos dispuestos arbitrariamente y sin sujeción
a controles bajo la apariencia de préstamos que benefician a una empresa en
concreto, lo que evidenciaría sendos delitos de prevaricación y malversación, se
dejen sin más en un archivador de un organismo que pasa a ser dirigido por otro
gobierno de distinto color, sin que consten membretes, registros de entrada y
salida y demás burocracia administrativa, salvo la rúbrica de las partes
firmantes. Hay que ser muy torpes para no percatarse de “cajas fuertes” como
roperos, pero más torpe aún para dejar pruebas documentales de arbitrariedades delictivas
en los mismos.
Contrato con las cláusulas. |
Si no fuera, además, porque el sorprendente hallazgo en la
Junta de Andalucía coincide curiosamente con otro hallazgo en el Gobierno de la
Comunidad de Madrid, del PP y Cs, de cerca de 200 adjudicaciones de contratos,
realizadas entre 2009 y 2013 por diversas consejerías madrileñas en los tiempos
de Esperanza Aguirre, que incluyen una cláusula que nutría la caja B del Partido
Popular (financiación ilegal), similar a la que investiga un juez de la
Audiencia Nacional de otras 50 adjudicaciones de la misma época en una pieza
del caso Púnica, diríamos que sería demasiada casualidad tanta torpeza en abandonar
y encontrar papeles en Andalucía. La “oportunidad” de un hallazgo, aunque se
refiera a hechos diferentes, parece guardar cierta relación con otro hallazgo
que afecta a la formación descubridora.
Y esa es una tercera paradoja: la credibilidad y la probidad
del Partido Popular dejan mucho de desear, con sus mochilas bien cargadas de
corrupción e irregularidades, para que en Andalucía quiera presentarse como
ejemplo de gobierno honrado y transparente, que denuncia y persigue el abuso, el
despilfarro, el fraude y los delitos… siempre y tanto sean cometidos por otros.
Por ello, son tantas las cuestiones que llaman la atención en el “descubrimiento”
de los papeles “olvidados” por los socialistas en Andalucía, y todas ellas apuntan
a ejercicios de distracción, que nos sorprendería mucho que del mismo deriven repercusiones penales. La propagandística y mediática se da por descontada,
lo que, tal vez, fuera su verdadero objetivo. No sería extraño, pues, que los “papeles”
quedasen en simple papel mojado.
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