martes, 20 de octubre de 2020

Escritoras (y II)

Para fugarnos de la tierra / un libro es el mejor bajel; / y se viaja mejor en el poema / que en el más brioso y rápido corcel. / Aun el más pobre puede hacerlo, / nada por ello ha de pagar: / el alma en el transporte de su sueño / se nutre sólo de silencio y paz. Emily Dickinson: Poema “Ensueño”

Tengo por importante entre todos el concepto de que la novela ha dejado de ser obra de mero entretenimiento, modo de engañar gratamente unas cuantas horas, ascendiendo a estudio social, psicológico, histórico, pero al cabo estudio. Emilia Pardo Bazán: Fragmento del prefacio a “Un viaje de novios”.

¡Ah, por do quiera que voy / sólo amarguras contemplo, / que infunden negro pavor, / sólo llantos y gemidos / que no encuentran compasión…/ ¡Qué triste se ha vuelto el mundo! / ¿Qué triste le encuentro yo!... Rosalía de Castro: Poema: “¡Cuán triste se ha vuelto el mundo!”

Silencio absoluto. En la calle, de cuando en cuando, los pasos del vigilante. Mucho más arriba de los balcones, de los tejados y las azoteas, el brillo de los astros. Carmen Laforet. “Nada”, pg. 237.

Es una verdad reconocida por todo el mundo que un soltero dueño de una gran fortuna siente un día u otro la necesidad de una mujer. Jane Austen: “Orgullo y prejuicio”, pg. 5.

… y así hasta completar una lista incomprensiblemente corta de escritoras que contribuyeron a ampliar una literatura que no tiene sexo, pero sí una visión distinta de lo que aborda, sea ficción, ensayo, poesía, filosofía, etc. Ningún género literario se resiste al talento de una escritora que no se siente coaccionada por ser mujer.

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