jueves, 4 de julio de 2013

Tomárselo con humor


Los psicólogos (por no decir los psiquiatras) conocen y aconsejan, en situaciones de conflicto, rebajar la tensión gracias al humor y la evasión emocional del foco del problema. Es una forma de soltar “lastre” para aliviar un peso que nos aplasta y nos impide actuar con la debida templanza y lucidez. Casi como una terapia que, durante un tiempo, nos libera del nudo que creemos tener alrededor del cuello.

Precisamente en estos tiempos en que el futuro parece estar vedado y cualquier esperanza parte de la renuncia de lo logrado, es decir, de anunciar un empeoramiento de las condiciones de vida, es cuando hay que aligerar tensiones y tomárselo con humor. De lo contrario, estaríamos condenados a un progresivo avinagramiento del carácter que nos hurtaría del disfrute de lo poco que aún nos es posible: reírnos de nuestras penalidades y de nuestra sombra. Evitaríamos, así, caer en un pesimismo vital en el que acabaríamos sopesando las únicas alternativas que la situación engendra: el suicidio o la revolución. Y como ambas son sumamente peligrosas para quien no está dispuesto a jugarse el pellejo por una pensión encogida, un trabajo de mierda y un salario de beneficencia, lo más aconsejable es, en aras de nuestra salud, no dar satisfacción a quienes se empeñan en amargarnos la vida con tantos recortes y retrocesos sociales, y esbozar una sonrisa burlona ante la adversidad.

Tal es el propósito de Noticias del mundo, una publicación satírica y de humor que pretende que pasemos risueños el tiempo que permanezcamos en el baño, único lugar donde los micrófonos de la CIA sólo registran sonidos indescifrables. Reconozco que me hallaba predispuesto a celebrar una revista tan irreverente, pues me recuerda a la antigua Veneno que hace 30 años editábamos en el hospital, dedicada también a responder con ironía la realidad humana y laboral de aquel ambiente alcanforado y enfermizo.

Y es que, justo cuando más nos aprisiona una realidad espesa y llena de incertidumbres, es cuando podemos apreciar esos instantes de asilvestrada libertad que nos procura el humor satírico e insolente. Además, esta publicación viene a dar forma mediática a una inevitable reacción de la población: si el Poder banaliza los derechos y necesidades de los ciudadanos, estos se cuchufletan de toda su estampa. No querrá, encima, que le hagamos reverencia. ¡Hay que reírse antes que una reforma estructural lo impida, amigo!     

No hay comentarios: