Y no deja lugar a dudas: en su manifiesto insta a unir
fuerzas contra la “involución democrática” que está sufriendo España. Más
claro, agua. Al exmagistrado le indigna lo que está pasando y se declara harto
de la corrupción, del retroceso en derechos y libertades, de la sumisión al
poder económico, de la desmemoria histórica, de la injusticia social, de la
desigualdad de los ciudadanos frente a las leyes y de la manipulación mediática.
Y ofrece otro camino, otras alternativas para enfrentarse a los privilegiados,
al poder de los banqueros, para mantener los servicios públicos y para eliminar
la corrupción.
Cuando se habla de regeneración y de transparencia que jamás
alcanzan a la política “profesional”, Baltazar Garzón apela al compromiso
ciudadano, haciendo un llamamiento a las personas y organizaciones sociales y
políticas que ya actúan en representación de los ciudadanos, para la construcción
de una plataforma de participación basada en la igualdad, la pluralidad y la defensa
de los derechos humanos.
Ya se han adherido al manifiesto catedráticos, artistas,
juristas, periodistas y otras personas que representan al mundo de la
intelectualidad, la política, las artes y los medios de comunicación de este país,
como Vincen Navarro, Carlos Jiménez Villarejo, José Chamizo, Manuel Rivas,
Pilar del Río y otros.
Los ciudadanos exteriorizan su hartazgo de muchas maneras, como
manifestaciones y algaradas callejeras, pero también constituyendo herramientas
distintas para expresar sus opiniones y deseos e intentar influenciar, si no
actuar directamente, en la “cosa pública”. Y la de Garzón es una propuesta que
habrá que seguir con mucha atención porque no se trata de una ocurrencia
inviable que surge en el momento más oportuno, cuando los grandes partidos
despiertan la desafección de unos ciudadanos que exigen otras medidas que no
supongan llanamente el empobrecimiento de los más pobres, sino de una oferta viable y potencialmente detergente de lo que ensucia la política española.
Este Lienzo de Babel también se adhiere, por supuesto, al llamamiento de
Baltazar Garzón.
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