jueves, 11 de febrero de 2010

Soledad

La soledad es una compañía que añoramos en bastantes ocasiones. Aunque somos gregarios como especie, el pensamiento fluye con más facilidad cuando oimos en soledad su rumor, sin que otras voces lo ahoguen. Convivir con otros es mantener con tensión una representación de nuestra propia personalidad, intentando proyectar lo adecuado en cada circunstancia. Sólo al desprendernos de las corbatas o las medias de seda recuperamos nuestro verdadero ser. En el silencio de la habitación nos cuesta reconocer la imagen que nos devuelve el espejo, acostumbrados al actor que diariamente paseamos por la calle. Un actor que encarna los valores que la sociedad admite como naturales, meras convecciones para dominar al individuo que permanentemente busca escapar de la normalidad colectiva. Aun reconociendo la validez de tales normas socializadoras, me reconozco con más autenticidad cuando me desprendo de las ataduras. Por eso añoro la soledad. Sólo a ella soy fiel en este inútil anhelo. 

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