Si fuéramos justos con sinceridad, habría 5 millones largos de objetivos prioritarios a los que destinar, antes que a los bancos, los recursos a disposición del Gobierno para que sientan alivio en la angustia en que se encuentran. Si fuéramos equitativos con sinceridad, dispondríamos de 5 millones largos de “recursos humanos” a los que ofertar puestos de trabajo, garantizando sus condiciones laborales, en vez de abaratar el despido a los que tienen suerte de trabajar.
domingo, 29 de abril de 2012
5.700.000 razones para la ira
Si fuéramos solidarios con sinceridad, tendríamos 5 millones largos de razones para estar disconformes y molestos con la situación que
nadie, ni antes ni ahora, acaba de hacer frente de manera decidida y eficaz. Si
fuéramos generosos con sinceridad, tendríamos 5 millones largos de corazones a
los que consolar con nuestro apoyo y entrega, echándoles una mano para
rescatarlos del pozo de miseria al que están abocados.
Si fuéramos justos con sinceridad, habría 5 millones largos de objetivos prioritarios a los que destinar, antes que a los bancos, los recursos a disposición del Gobierno para que sientan alivio en la angustia en que se encuentran. Si fuéramos equitativos con sinceridad, dispondríamos de 5 millones largos de “recursos humanos” a los que ofertar puestos de trabajo, garantizando sus condiciones laborales, en vez de abaratar el despido a los que tienen suerte de trabajar.
Si fuéramos cristianos con sinceridad, nos moverían 5 millones largos de almas que no pueden clamar contra la injusticia ni esperar el apoyo de una iglesia que opta por combatir a los homosexuales y solicitar limosna para conformar a los desfavorecidos. Si fuéramos sensibles con sinceridad, habría 5 millones largos de estímulos para cambiar un modelo de sociedad que ampara la riqueza y condena a la pobreza a los que no disponen de oportunidades para la emancipación. Si fuéramos honestos con sinceridad, contaríamos con 5 millones largos de asuntos que abordar sin dilación y que reclaman nuestra atención desde cualquier posición que ocupemos en la escala social. Si fuéramos patriotas con sinceridad, centraríamos en esos 5 millones largos de problemas todas las políticas e iniciativas que pudiéramos emprender, antes que atender las demandas del mercado o las directrices de los organismos foráneos. Si fuéramos leales con sinceridad, asumiríamos los 5 millones largos de desempleados como un fracaso propio que nos instaría a combatir hasta vencerlo. Si fuéramos libres con sinceridad y de verdad, nos movilizarían 5 millones largos de razones para el grito y la ira. Si fuéramos humanos…
Si fuéramos justos con sinceridad, habría 5 millones largos de objetivos prioritarios a los que destinar, antes que a los bancos, los recursos a disposición del Gobierno para que sientan alivio en la angustia en que se encuentran. Si fuéramos equitativos con sinceridad, dispondríamos de 5 millones largos de “recursos humanos” a los que ofertar puestos de trabajo, garantizando sus condiciones laborales, en vez de abaratar el despido a los que tienen suerte de trabajar.
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